7 feb 2010

ALEXIS ROUCO, EL HERMANO POETA

Los amigos se cuelan en tu alma sin pedir permiso, solo el tiempo o a veces el destino, se ocupa de que permanezcan o se esfumen para siempre. De los que siempre han estado, de los presentes (aun en contra de océanos enormes y mapas fragmentados en fronteras absurdas) esta mi mas que amigo, mi hermano Alexis. Una vez le descubrí en el eje de mi poesía, algo que para mi es la casi razón de la existencia, junto a otras cosas y cuestiones imprescindibles. Salvarme de integridades y rutinas, contando con su equilibrio y sus postdatas, guardo para este ser de amistad intacta un rincón en mi existencia.

Quise regalarle mis mejores palabras, no se si alguna vez pueda lograrlo, pero si fueron suyas aquellas, acaso impresas y perpetuas en los muros de la ciudad, cansadas de tanto rebotar contra los ojos del mundo.

Saberte mi espejo, mi continuación, mi antebrazo, mi pie, mi corazón descarrilado. Dejando mi alma a la intemperie encontré tu abrigo, tu calor humano, salido de las cornisas de algún sueño. Todo el aliento poético y metafísico de estos años, con todos esos grandes poetas compartidos a los que siempre solemos citar en nuestros textos con las mismas citas. Las canciones aquellas y estas de ahora, que compartíamos y compartimos porque sabemos los dos que llenan huecos de ausencia los acordes perseguidos, las notas encontradas, las voces prohibidas a capricornios coleccionistas, y amontonarlas, tenerlas a mano es nuestro desquite. Nuestras emociones amontonadas en cada vuelta de circulo, del espiral de la vida. Por nuestras ediciones artesanales de poemarios comidos por ojos que atraviesan el papel como los insectos que revelan que ha pasado el tiempo, como el amarillo manoseado de un día tras otro. Por el azul que galopa en tus palabras y en las mías, que se contagian de amaneceres espontáneos.

Mudas, mis hojas en blanco para que aparezcan tus palabras, para que resucites siempre que estés hundido, para que tengas mi mano atentamente alerta a tu ingravidez. Sé que al reverso también ha sido siempre así. Sé que y viceversa, has estado siempre derrochando tu luz en mis palabras. En este gris laberinto, tenlo por echo, yo te espero.


TRES POEMAS DE ALEXIS ROUCO


ESTOY TRISTE

Estoy triste

amo tantas cosas

y ellas sin saberlo,

con presencia vivo

con ausencia reconozco

(es un esfuerzo)

las admiro, siento afecto

y temo su fluidez de huida.

Estoy triste

porque sé

que jamás responderán.


CONFESIONES

de la integridad y la rutina

me salvo yo

del equilibrio y las postdatas

me salva un nombre

del universo y la cordura

me salva Dios


CONTACTOS OPUESTOS

temo, a veces, contagiarme

con la egoísta inquietud

de los árboles

y vagar sin límites por tu espalda

otras

me descubro navegando

persiguiendo diminutos pececillos

que circulan en tu sangre

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